martes, octubre 17, 2006

Cajas y maletas

Parecía mentira que fuera a llegar tan inhóspito día. En la entrada del hogar quedaba una pila de cajas, dos maletas, una álbum de fotos… a sí! Y el pc desde el que escribo, claro. Tras la puerta me esperaba un viaje, no excesivamente largo en cuanto a distancia pero si en cuanto a tiempo, que en parte abrumaba mis sentidos. “Si no nos vamos ya, llegaremos tarde”, insistía una titilante vocecita.
Después del trayecto por carretera, sin percances de puntos, se alzaba la nueva ciudad: en el horizonte, el humo sintético se entremezclaba con las nubes que amenazaban lluvia… “Pues sí que acompaña el clima…” Pero tras preparar todos mis enseres y cargarlos en el coche, la lluvia no iba a ser un gran problema. Sin embargo descargarlos… Y ahí estaba el nuevo lugar en el que residir esperando el zarandeo de la descarga. En el rellano se agolpaba alguna maleta ajena ansiosa por llegar. Y después de tres plantas y un largo y estrecho pasillo llegaron las mías. “Ya estamos aquí…” Una nueva cara me acompañaría en la casa… Aun estaba por venir “Mientras desgloso mis cositas y mis recuerdos, seguro que llega” Y así es. Ambas bienvenidas.

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