jueves, febrero 07, 2008

La recta final

Nunca me gustaron las rectas finales. En una milésima de segundo observas a tus compañeros de carrera. Sabes que no todos ganarán. Pueden haber pasado por meses de entrenamiento, pueden haber recorrido kilómetros y kilómetros. El final se decide tan sólo en unos metros. Podrías hacer un spring, quemarlo todo en un momento, con la posibilidad de llegar demasiado cansado para dar los pasos finales. O tal vez debieras seguir con el ritmo que traías y llegar sano y salvo a la meta.

Mientras te decides, cada centímetro de tus pulmones se encoge como si quisiera expandirse más que nunca y darte el aire que te roban los nervios. Como si le dieras las últimas caladas al cigarro que nunca fumaste y tu cuarto se llenara de humo, amargo e insignificante, que se expande hasta desaparecer. Tu cerebro le manda órdenes a tus músculos en mínimos fragmentos de tiempo y sigues observando a tus compañeros. Sientes pena porque no todos van a ganar. Y después sientes miedo y lástima por ti mismo pues tal vez te quedes entre los que no se lleve nada. Te llenas de más y más nervios.

Entonces intentas aislarte del mundo. Cierras las persianas de tu habitación. El planeta entero se resume al espacio comprendido por cuatro paredes. Da igual que el sol luzca fuera, que suenen en llanto las sirenas porque hubo un accidente en la carretera, no importan los sonidos de las obras que, al igual que tú, luchan contratiempo para terminar un edificio en su propia recta final. Todo desaparece y quedas sólo tú, respirando de manera abatida, escuchando los latidos que bombean la sangre que poquito a poco llega a cada rincón de tu cuerpo, suministrándote diminutas dosis de alivio y calma. Por un instante te sientes a salvo.


Pero pronto te das cuenta de que sigues corriendo. Tu respiración cambia y te sientes ahogado, ¿llegarás hasta el final? ¿cuál será el resultado? ¿celebrarás una victoria o simplemente un final? Y recuerdas las palabras de tu entrenador "No te pares, no mires atrás, no atiendas a los gritos del público, ignora la respiración de tus compañeros. Sólo corre".

Ya da igual que te saltaras el antepenúltimo entrenamiento. Es obvio que no puedes volver atrás en el tiempo y aunque pudieras ¿serviría de algo? ¿o de todas formas te hubiera sobrado? Ahora sólo puedes seguir corriendo hacia adelante. Miras al cielo, rezando una plegaria. Estás en la recta..

..recta final de exámenes.

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